Nueva Esperanza

El proyecto  “Nueva Esperanza” de Cáritas Diocesana de Valladolid comprende varios recursos residenciales dirigidos a mujeres gestantes o acompañadas de menores a su cargo, mujeres víctimas de violencia de género y /o en situación de abandono, riesgo o situación de exclusión social y que carecen de recursos económicos, familiares y/o sociales adecuados.

La «Casa de Acogida» proporciona espacios familiares y de acogida donde las mujeres con sus hijos e hijas se sienten seguras y reciben apoyos para poder reiniciar sus vidas en diferentes ámbitos: laborales, formativos, de autonomía, etc.

Actualmente las protagonistas de este proyecto son 7 mujeres, 3 niños y una niña.

La propagación del virus covid-19 y la situación del estado de alarma, nos ha obligado a reestructurar nuestra forma de trabajar, de pensar y de sentir.

Todas nuestras emociones, acciones y comportamientos se intensifican, y exigen una entrega más a fondo, como único modo de poder transmitir tranquilidad a las residentes en Nueva Esperanza, sin olvidarnos de cuidarnos entre nosotras. Estamos en continua comunicación y una vez a la semana nos reunimos a través de «Teams»,  resulta muy motivador volver a ver a las compañeras.

A nivel más técnico hemos tenido que implementar nuevas rutinas diarias e intensificar otras. Los primeros días han sido complicados y ha costado vencer la resistencia de las residentes, hasta que poco a poco han ido comprendiendo la necesidad de implantarlos de forma unitaria por todas. Por ejemplo hemos reforzado nuestros hábitos de higiene, llevamos a cabo rutinas de limpieza más intensivas.

Continuamos con las mismas rutinas de alimentación saludables y hacemos hincapié en el refuerzo educativo porque la suspensión de las clases formativas en espacios externos no puede ser un impedimento para seguir aprendiendo.

Hemos planteado tareas de forma individualizada para cada una, en función de sus necesidades, nivel e intereses:

  • Competencias básicas.
  • Español como lengua extranjera.
  • Lectoescritura.
  • Creatividad: tan importante en todas las edades y tan necesaria, como dibujo libre, témperas, juegos con material reciclado…
  • Ocio y tiempo libre: Pasatiempos en diferentes niveles de dificultad: sopas de letras, sudokus, retos de lógica, encuentra las diferencias. Actividades recreativas aparentemente conocidas, pero no tanto para nuestras residentes. Después de pasar ratos haciéndolas de forma conjunta, están llegando a disfrutarlas de forma autónoma.
  • Actividad física: Una de las participantes se ha ofrecido a dinamizar las tardes así se hacen más llevaderas y disfrutamos todas más.

Debido al estado de alarma, se han suspendido provisionalmente todas las visitas de menores y desde la casa intentamos que esto no suponga una dificultad para las mamás haciendo esas visitas de forma virtual a través de una videollamada.

Seguimos en contacto con residentes que han abandonado el recurso por si las surge alguna necesidad: ya sea llevarlas la compra a casa, proporcionar alimentos, medicinas… y, sobre todo, el hacerlas sentir que no están solas. También mantenemos contacto telefónico con el equipo de voluntarias del proyecto para interesarnos por su estado de salud física y emocional, detectar si tienen alguna necesidad en la que podamos ayudar y mantenerlas informadas.

Alguna mamá estos días se está encontrando con alguna dificultad en el seguimiento de las clases virtuales y el equipo educativo dedica un espacio donde se le ayuda con el manejo de las plataformas para que los niños puedan seguir el ritmo escolar.

Aunque la mayoría de las consultas médicas no relacionadas con el coronavirus se han cancelado (psiquiatras, psicólogos…) se han potenciado las consultas virtuales para comprobar el estado de las mujeres y sus necesidades, ya que son recursos necesarios para disminuir la ansiedad generada por este confinamiento.

Esta situación nos ha ayudado a darnos cuenta que muchas veces vivimos en un ritmo vertiginoso, pero debido a que no nos queda más remedio que quedarnos en casa, las participantes se están empezando a conocer un poquito más y están haciendo “piña”. Cada una pasaba la mayoría de su tiempo libre fuera de casa haciendo sus cosas, pero ahora el tiempo libre es de todas, con todas, y para todas y están creando nuevas relaciones y nuevos vínculos en los que colaboran y se ayudan entre ellas por iniciativa propia. Es un objetivo a veces difícil de cumplir en la casa, pero que en esta situación sale solo.