La Campaña Institucional de este año tiene como lema "Los derechos humanos son universales, las oportunidades deberían serlo".
El segundo momento de esta Campaña, que tiene como centro la festividad del Corpus Christi (Día de la Caridad), está dedicado al Derecho a la Educación.
En la página de Cáritas Española se pueden consultar los materiales preparados para esta ocasión.
En el Día de Caridad (Corpus Christi 2007) se ha elegido el derecho a la educación, porque la educación es un elemento fundamental para el desarrollo. Tal reconocimiento queda recogido, entre otros textos, en la Declaración Universal de los Derechos Humanos de la ONU (artículo 26), en la Convención de los Derechos del Niño de la ONU (artículo 28) y en la Constitución Española (artículo 27).
En una economía globalizada, cada día más sustentada en el conocimiento, todavía se niega la más básica educación primaria a unos 115 millones de niños. La mayoría de los niños no matriculados en la escuela viven en África Subsahariana y Asia Meridional. El problema de la alfabetización afecta en especial a las personas con menos recursos, las mujeres y los grupos de minorías marginadas. El analfabetismo va unido en gran medida a la pobreza.
La educación ha de asegurar el pleno desarrollo de la personalidad humana y el respeto a los derechos humanos. Un mundo donde la desigualdad entre los seres humanos y entre los continentes sigue creciendo requiere de una apuesta por una educación de calidad. Frente a los numerosos desafíos del porvenir, la educación constituye un instrumento indispensable para que la humanidad pueda progresar hacia los ideales de paz, libertad y justicia social. Para Cáritas, la educación ha de ser un factor de reducción de desigualdades y ha de contribuir a la equidad social. En casi todos los países la desigualdad en educación está en las causas generadoras de la desigualdad en materia de ingresos, salud y oportunidades de desarrollo y de participación en la sociedad civil. La educación tiene el potencial de actuar equiparando oportunidades y de aportar una mayor eficiencia económica y cohesión en la sociedad. Pero tal potencial sólo se puede desplegar con la ayuda de políticas públicas que eliminen sistemáticamente los bstáculos sociales, económicos y culturales que han de enfrentar los grupos más desfavorecidos.
Pedimos el derecho a una educación de calidad para todos, y en especial para los colectivos más vulnerables y empobrecidos, para lo que son necesarias las siguientes acciones de solidaridad y denuncia: