Reflexiones Caucianas

En la Casa de Acogida «El Cauce» somos ocho participantes y cuatro educadores. Además, en dos pisos tutelados residen otros siete participantes (tres en uno y cuatro en otro). También estamos en contacto telefónico semanal con varios ex-participantes, que nos van contando cómo van, si necesitan algo, etc.

Abril de 2020

Para alguno de nuestros jóvenes, empieza el tercer trimestre escolar, y esta vez, como sucede en todos los centros escolares, la plataformas online son “un todo”. La buena comunicación con el Centro Menesianos (prácticamente diaria) y el apoyo escolar que voluntariamente hacen los monitores del Cauce, poco a poco va dando sus frutos…

José, que al cumplir sus 60 añazos, comenzó dando unas clases de alfabetización a dos de los jóvenes extranjeros que tenemos alojados, al no poder acudir  a sus clases habituales a las cuales acudían diariamente antes de la pandemia, sigue al pie del cañón: lo que pasó a ser un par de horas mañaneras, en estas dos últimas  semanas se ha convertido en toda una mañana dedicada a la enseñanza; incluso estamos elaborando temarios propios para facilitar dicho aprendizaje… todo un reto y un orgullo… ya son tres personas las que puntualmente esperan todas las mañanas con ilusión y con ganas de seguir aprendiendo, a pesar de las dificultades de no poder salir para ello… 

También los más mayores del Cauce nos sorprenden preguntando sobre formación online, pues son muchas las horas de confinamiento y toda opción es buena para aprovechar dicho tiempo y que a su vez, sean productivas…

Además, estamos en contacto con la asociación del ELA de Burgos por el caso que tenemos en el Cauce: nos dan recomendaciones, le han asignado una persona de apoyo para cualquier duda,  que a su vez le llama todas las semanas varias veces para animarle y ver cómo está, etc… Aún así, en este tema también queremos aportar nuestro “granito de arena” y nos  lanzamos a ser «improvisados masajistas» (claro está, siempre con más humor que técnica) intentando cubrir ese hueco que deja la ausencia de fisioterapeuta, por culpa del covid19. Desde luego que el resultado dista mucho de profesional fisioterapeuta, pero como ya os adelantábamos, las risas están garantizadas y falta hacen.

Compartir esperanza

Cada semana también seguimos pendientes y preocupados por nuestros ex-residentes. Intentamos hacer seguimiento telefónico, apoyamos desde el Cauce con algún alimento, les hemos brindado nuestros servicios (desde facilitarles hacer ingreso del pago del alquiler de habitación, ya que alguno no se maneja con el cajero …) o simplemente les escuchamos y compartimos nuestras inquietudes ante lo que nos está viniendo… Compartir, ¡qué palabra tan bonita y tan llena de sentido en estos días!: compartir esperanza.

Seguimos intentando salir de la monotonía que da el estar encerrados y el gimnasio y la sala de juegos (consola) siguen siendo una ayuda y una alternativa de ocio diferente en tan pocos metros cuadrados.

No nos falta el asesoramiento psicológico personalizado de Begoña con algún caso que otro, que siempre le da un plus a nuestras intervenciones y la preocupación de Raquel ante las medidas de prevención, limpieza y cuidados a seguir ante el Covid19. Las comidas con cariño de Rubén, la brisa fresca que nos dan los compañeros al llevarnos cualquier cosilla de alimentos, etc… Merche no hay día que no nos llame, preguntado por lo qué necesitamos o ayudándonos con facturas, etc… El contacto con nuestras compañeras de la Casa de Acogida, los buenos días mañaneros que no nos faltan de Rebeca todos los días y su preocupación por los trámites que tenemos pendientes de algunos residentes, los ánimos de nuestra compañera de comunicación Natalia, los guantes de Juan y ese pijamilla blanco tan «sexy» con que nos los entrega. Tampoco nos faltan las llamadas de nuestros compañeros del Programa de «Personas Sin Hogar» para ver cómo estamos y Luismi y Guenther también están siempre presentes… a ellos y a tantas personas más que están pendientes de nosotros… GRACIAS DE CORAZÓN!!! Nos llega vuestro cariño y nos da mucha fuerza para seguir haciendo lo que más nos gusta, con preocupación, no lo vamos a negar, pero convencidos que de que es nuestro sitio… Cáritas no cierra… y para muestra un botón, que se llama Cauce.